
27 Mar Disfrutar de la desgracia ajena
Disfrutar de la desgracia ajena. ¿Existe el Placer de Ver Caer a los Demás? Sí y se llama SchadenFreude, es el arte de disfrutar de la desgracia ajena.
Un término alemán que podríamos traducir a la idea de disfrutar del mal ajeno. Está compuesto por dos palabras “Schaden” cuyo significado es desgracia, daño o infortunio y “Freude” que significa alegría, placer.
La idea de esta palabra sería describir una emoción compleja que implica que alguien siente placer al conocer las desgracias que les ocurren a los demás.
Parece ser que esta emoción, según varios expertos en psicología, está aumentando y mucho últimamente. Las redes sociales están posibilitando este aumento debido a la continua exhibición de lo positivo en ellas, con fotos maravillosas de cuerpos casi divinos, casas de sueño, vacaciones paradisiacas, etc. Este encumbramiento de lo positivo, podría estar generando en muchas personas sentimientos de envidia, con niveles tan altos, que solo encuentran sosiego cuando esas personas a las que envidian sufren algún percance o desgracia.
Tener schadenfreude implica poseer bajos niveles de autoestima, pero no te preocupes, casi todo el mundo tiene un poco de esta emoción.
Además, también está relacionada con el sentido de la justicia. Por ejemplo, cuando internamente te alegras de que condenen a alguien que ha cometido un delito. En realidad no te alegras sólo por la condena, sino también porque se restablece el orden natural y se hace justicia.
Estudios realizados con niños de dos años demostraron que, incluso a esta edad, también se se siente schadenfreude de forma natural.
Las causas más habituales por las que sentimos schadenfreude son las siguientes:
Alivio. Este es uno de los sentimientos habituales que llevan a sentir schadenfreude, vemos que a alguien en una situación ridícula y nos alegramos porque no nos está ocurriendo a nosotros.
Exceso de competitividad. Todos conocemos a alguien que se alegra mucho cuando pierde el equipo contrario aunque no juegue contra el nuestro.
La envidia. Desgraciadamente la envidia es un sentimiento muy popular y muchas personas desean tener lo que tienen otras, hecho que genera un desasosiego por no poder poseerlo y consecuentemente schadenfreude cuando la otra persona sufre un percance.
La venganza. Muchos interpretan la venganza como «equilibrar la balanza» y la consideran justicia, pero la realidad es que la venganza no suele ser justicia y nunca es equilibrada.
Baja autoestima. Está demostrado que quienes tienen unos niveles bajos de autoestima son más propensos a sentir schadenfreude y se alegran más de las desgracias ajenas.
Si tu sentimiento de schadenfreude es muy alto o te ocurre a menudo, deberías revisar un poco si tienes suficiente empatía, examinar tu nivel de autoestima y no compararte tanto con los demás. Es mejor que empieces a valorarte más, dejar de juzgarte con tanta dureza y elegir tus propias metas, sin fijarte tanto en las de otros.
De todas formas, el schadenfreude es un sentimiento humano y lo que tienes que procurar es mejorar la gestión de tus emociones.
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